
Pues bien, un grupo de investigadores de la Universidad Drexel, en Filadelfia (EEUU), han descubierto la forma de evitar el virus y llevarlo a la autodestrucción. Consiste en el uso de una molécula llamada doble acción Inhibidora Virolítica (DAVEI, en sus siglas en inglés), que destruye las células infectadas sin dañar las sanas.
Hace tan solo unos días que ONUSIDA, el organismo de Naciones Unidas encargado de la lucha contra el VIH, dijo estar cerca del fin de la epidemia, que podría darse para el año 2030. Tal vez su director adjunto, Luis Loures, hizo estas declaraciones conociendo ya este gran adelanto.
La molécula combina componentes modificados de la inmunidad del VIH con una proteína que hace que el virus renuncie a su protección. La molécula de DAVEI se compone de dos piezas principales: la región proximal de membrana externa (MPER), que se une a las membranas virales, y cyanovarin (CVN), que se une a la capa de la proteína del virus. Al unirse, imitan la situación que se produce cuando se une a una célula. “Así, el truco de DAVEI es hacer que del virus piense que está a punto de infectar a una célula sana, cuando, en realidad, no hay nada para que se infecte. Solo libera su carga genética inofensivamente y muere”
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