El discurso del presidente Leonel Fernández ante la Asamblea Nacional, pronunciado este domingo 27 de febrero, es una pieza cargada de optimismo, con abundante información sobre lo que hemos avanzado desde 1961, a la caída de la dictadura de Trujillo, hasta este momento.
Es una responsabilidad de todo mandatario que se tome con seriedad su trabajo insuflar optimismo, vitalidad, energía a la sociedad que lidera. Es un deber del presidente pensar que estamos avanzando a pasos más agigantados que el conjunto de países de la región. Incluso, es plausible que el presidente indique que una demostración de lo mucho que avanzamos es que 5 décadas después de la caída de la dictadura los dominicanos ven con gran orgullo todos los progresos y disfrutan y se deleitan con los túneles y el Metro de Santo Domingo.
Nuestra democracia ha fortalecido muchos de sus preceptos, pero como dijo el doctor Leonel Fernández, a los asambleístas y al país, todos tenemos un compromiso supremo de hacerla avanzar, de hacer cumplir todos sus postulados, y que la pobreza, la falta de educación y de trabajo, sean sólo referencias para la historia.
El presidente ha dicho y reafirmado que tiene un interés grande por la educación, y que incluso simpatiza con las organizaciones que en los últimos meses han protagonizado demandas de aumento de la inversión del Estado en la educación. Reitera, no obstante, su discurso de que más dinero no significa automáticamente más calidad para la educación. El Estado se ha quedado corto en la inversión en educación, y aunque se promueven muchos programas de gran interés, hace falta más concentración del esfuerzo oficial para que la educación sea el centro de la preocupación gubernamental.
Talvez sean válidas las comparaciones expuestas por el mandatario sobre lo que ocurre con nuestro sistema educativo y lo que se registra en los sistemas educativos de Francia, Estados Unidos, Japón y hasta los de las naciones del norte de Europa, pero falta que las políticas públicas concentren, eficienticen al máximo los recursos destinados a la educación, además de un aumento de la inversión.
Alguna gente piensa que antes, en años anteriores, había escuchado discursos muy parecidos del doctor Fernández. Coherencia, dirán los parciales del mandatario; simple reiteración, opinarán sus opositores. Sin embargo, es necesario estimular al presidente y a los funcionarios para que pasen de las palabras a los hechos. El país debe generar recursos, exportar más, generar más divisas, y consumir menos bienes importados. Estos son temas que los expertos tratan con mayor lucidez. La gente común lo ve con relación al día a día.
El presidente pronunció un gran discurso. Una hora y 55 minutos de defensa de su labor de gobierno. Leonel Fernández anunció pocas cosas para el 2011. Dijo que se trabajará el tema de la seguridad ciudadana, que se transformarán las leyes de la Policía, las Fuerzas Armadas y los organismos de inteligencia.
No abordó el tema constitucional ni el judicial. Y por supuesto, no habló de los asuntos políticos, ni mencionó las intenciones continuistas. A menos que se interprete su expresión final ("en cualquier circunstancia, ¡E´Pa´Lante que Vamos!") como un simbolismo de que así será en su caso
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