Todo comenzó cuando en octubre del año pasado Landon se despertó después de haber perdido toda sensación de hambre y sed. Estaba mareado casi hasta el punto de perder el conocimiento y también tenía tos.
En el hospital se le diagnosticó una infección bacteriana en el pulmón izquierdo. Después del tratamiento, el niño se mejoró, pero no recuperó el deseo de comer ni beber.
Landon es capaz de sentir el sabor y el olor de la comida, pero no tiene la sensación de hambre ni sed, por lo que pierde peso y su condición se deteriora constantemente.
Sus padres le obligan a comer casi con violencia. El uso del tubo gástrico podría convertirse en el siguiente paso en sus intentos de alimentar al niño.
De momento ninguno de los métodos de tratamiento utilizados ha dado resultados positivos.
Según publican medios estadounidenses, algunos especialistas hasta señalan que se podría tratar del único caso de esta enfermedad misteriosa registrado a nivel mundial.
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