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jueves, 2 de junio de 2011

Así mataron al cuñado de Víctor Gómez Casanova...




Las aves carroñeras ayudaron a localizar el cadáver
Por Robert Vargas
Tanque en el que supuestamente metieron el cadáver.
Batey La Luisa Prieta, Monte Plata.- Quienes mataron a José Valenzuela Rodríguez, el concuñado del diputado Victor Gómez Casanova,  primero le quebraron los tobillos, le propinaron golpes en distintas partes del cuerpo y luego le metieron una bala por encima de la ceja, que le brotó por la parte trasera del cráneo.
Esa fue la bala que lo mató. Por eso la cabeza del cadáver estaba totalmente negra, según explicaciones del personal especializado que acudió hasta Monte Plata en busca del cadáver de Valenzuela Rodríguez.
Fue una muerte horrenda.
El medico legista verificó que el cadáver tenía los brazos quebrados, pero dijo que por las caracteristas de las quebraduras, estas se produjeron después que el hombre ya era un cadáver, no antes.
El cadáver, que ya estaba completamente hinchado, fue sacado del río Ozama por los buzos del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Este, que acudieron al lugar bajo el mando de su Jefe, el coronel Javier Bueno.
La busqueda inició temprano en la mañana luego que los hermanos Martin Alexis Encarnación Díaz y Elis Joel Encarnación Díaz confesaron el crimen a la policía a la que le dijeron que habían introducido el cadáver en un tanque y lo lanzaron al río Ozama desde el puente que une a Guanuma con Monte Plata.
Quizás fue así. Quizás el cadáver en algun momento estaba dentro del tanque azul con múltiples perforaciones que encontraron los bomberos en el fondo lodozo del río.
Sin embargo, cuando los bomberos encontraron el tanque, dentro del mismo no había ningún cadáver ni señas visibles de que, en algún momento, fuera "habitado" por un cadáver.
Buzos del Cuerpo de Bomberos de SDE buscando el cadáver.
En su interior fueron encontrados varios trozos de blocks y un pedazo de "tairap" que, quizás, fue usado para atar a alguien.
Pero dentro del tanque no había ningún cadáver. Ciudad Oriental vio el tanque minutos después de ser extraído del río.
La tapa estaba ligeramente abierta.
El coronel Javier Bueno, Jefe de los Bomberos de Santo Domingo Este, duda que por el pequeño espacio se saliera el cadáver y se fuera aguas abajo.
Lo que sí quedó claro para los investigadores es que el tanque fue lanzado desde lo alto del puente, chocó contra algunas ramas y, finalmente, penetró el agua y se hundió en el lodo en el que fue encontrado por los bomberos.
Vista del puente desde el que fue lanzado el cadáver.
Por cierto, la Policía mintió al país cuando dijo a través del Gobierno de la Mañana que "buzos de la policía" buscaban el cadáver.
En esa tarea solo estaban los bomberos de Santo Domingo Este, que llevaron una brigada de rescate en profundidad y múltiples equipos, y tres bomberos de Santo Domingo Norte que hicieron su aporte solo vestidos con pantaloncillos.
Según la confesión hecha a la policía por los sospechosos, el cadáver fue lanzado dentro del tanque la noche del pasado sábado.
Los aguaceros de los últimos días provocaron que el río se desbordara. El cadáver fue arrastrado varios kilómetros aguas abajo. Por eso, los bomberos de Santo Domingo Este no lo encontraron a lo largo de los 500 metros  lineales, a partir del puente, que hicieron la busqueda.
Los buzos palparon cada trozo de terreno. El agua del río Ozama estaba del color de la tierra y la visibilidad en el interior era nula.
Victor Gómez Casanova camina hacia el lugar donde fue encontrado el cadáver.
En algún momento, el coronel Javier Bueno sugirió que la búsqueda del cadáver debería hacerse aguas abajos, muchos kilómetros aguas abajo, quizás hasta encontrarlo flotando y pegado a alguna rama.
Después de todo, luego de cuatro días, era seguro que el cadáver flotaría y lo encontrarían quizás por La Barquita, cerca del Canchón de la Rubia, o más adelante.
Sin embargo, un coronel de la Policía tuvo la iniciativa de pedir la colaboración a tres campesinos para que le ayudaran a localizar el cadáver.
Los campesinos iniciaron la búsqueda unos seis kilómetros aguas abajo mirando hacia las dos orillas.
Uno de los campesinos pensó que sería mejor buscar el cadaver mirando hacia el cielo, y no hacia el agua.
Victor Gómez Bergés junto a su hijo Victor Gómez Casanova
Y así lo hicieron, mientras avanzaban aguas arriba, miraban hacia el cielo hasta que...¡Bingo!
Allá, en lo alto, vieron unas aves carroñeras.
Se trataba de "Mauras", esas aves de color negro que andan en busca de cadáveres para alimentarse.
Se guiaron por ellas y encontraron el cadáver, pegado a unos matorrales.
Con un palo lo arrastraron hasta despegarlos de las ramas y lo dejaron deslizarse aguas abajo, hasta llegar a una "playita", donde lo retuvieron hasta que llegaron los bomberos y lo sacaron del agua.
Antes, llegaron los oficiales de homicidio que tendieron un cordón para marcar "las escena del crimen".
El diputado Victor Gómez Casanova llegó y, poco después, identificó positivamente los restos de su amigo.
Las mauras que ayudaron a localizar el cadáver.
Minutos más tarde llegaba su padre, Victor Gómez Bergés y se fundieron en un abrazo profundo.
Cuando el médico forense revisó el cadáver encontró, "preliminarmente", que una bala le penetró por la frente y le brotó por la parte posterior del cráneo.
La cabeza entera estaba de color negro.
Los tobillos estaban quebrados, "desde antes de que lo mataran".
Los brazos, también estaban quebrados, pero "post mortem", o sea, que se los rompieron despues que lo mataron.
En distintas partes del cuerpo tenía lesiones contusas. Parece que lo apalearon antes de matarlo.
Llevaban aún una gruesa cadena de oro colgada al cuello y un bolígrafo "muy caro" en la camisa.
Al final, fue necesario sacar el cadáver del lugar "en una bola" que le dieron en la cajuela de 
Asi estaba el rio Ozama cuando buscaban el cadáver.
una camioneta.
Varios bomberos "custodiaban" el cadáver cuando iban por un camino lleno de fango cuando, de repente, se apareció una multitud de fotógrafos de los periódicos nacionales que, como aves carroñeras, se lanzaron sobre los restos mortales a hacerles fotografías.
Media hora mas tarde, un torrencial aguacero cayó sobre el cadáver, mientras los oficiales de la Policía reclamaban la presencia de la ambulancia del Inacif porque "no podemos irnos para la ciudad con ese muerto en la camioneta".



Fotígrafos corren tras el cadáver, que es transportado en la cajuela de una camioneta




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