SAN CRISTÒBAL.- Más de diez personas han sido ejecutadas en los últimos años, por sicarios al servicio del bajo mundo, donde la mayoría de los hechos sangrientos siguen impunes, entre ellos la muerte del primer teniente del Ejército Nacional, Guillermo Antonio Tejeda Kranwinkel.
Un terror psicológico reina en la población por la ola de violencia que ha dejado tres personas muertas en las últimas 48 horas, a pesar del Plan de Seguridad Ciudadana, donde dos sectores llevan seis meses intervenidos por tropas policiales, y han sido aumentados los servicios de vigilancia por agentes policiales y miembros del Ejército Nacional.
El pasado martes fueron encontrados muertos a tiros, dentro de un cañaveral del municipio de Yaguate, el suboficial de la Policía Nacional, Luís Méndez Sepúlveda, el chofer Abraham de los Santos y el jefe de una banda de sicarios, Juan Feliz Cordero Febles (Copelìn), este último acribillado de diez balazos por sus compañeros del bajo mundo, en un hecho que está siendo investigado por oficiales de todos los cuerpos Investigativos del Estado.
Los hechos sangrientos más sonoros son la muerte de Elvin Alberto Luna Bichara, de 43 años, en un hecho ocurrido el día seis septiembre del 2007, ocurrido, en el callejón que da acceso a la casa marcada con el número 17 de la calle Domingo Valera, del sector Pueblo Nuevo, donde acudió a visitar su amigo Elvin Héctor Soto Contreras, de 36 años, quién también recibió varios impactos de bala.
La víctima dejó una fortuna en bienes raíces, especialmente en la compra de viviendas en las avenidas Constitución y María Trinidad Sánchez por un valor de millones de pesos.
El 21 de Febrero del año 2010 fue ejecutado en el interior de una banca de apuesta, Arturo Guzmán Delgado, por sicarios que lograron escapar y aún la Policía Nacional continúa detrás de sus homicidas.
Su hermano, Oliver Delgado Cordero, de 39 años, también fue muerto por sicarios no identificados, el 12 de septiembre 2010, cuando se desplazaba un jeep de lujo por la calle Padre Ayala, de San Cristóbal.
El primero de marzo del 2009 fue asesinado a balazos en su oficina de la banca “Juancito Sport”, ubicada en la avenida Constitución, en el mismo centro de la ciudad, quien fue dirigente izquierdista, Carlos Alberto Brito Pérez, de 48 años, por lo que la Policía apresó y sometió a la justicia varios alegados sicarios que guardan prisión al ser condenados por la justicia de esta provincia, el pasado año.
Otro de los hechos impunes fue el incendio del vehículo del periodista Carlos Corporán por personeros del narcotráfico, al difundir comentarios en su contra en un programa de radio, en San Cristóbal, donde nunca la Policía Nacional dio resultado de las supuestas investigaciones.
Desde que asumió la jefatura policial, el mayor general Manuel Castro Castillo ha puesto hincapié en ampliar la vigilancia de prevención en esta provincia, con la asignación de nuevos miembros, sumando ya a 367 agentes y oficiales.
Más de 60 que están asignados al “Plan de Seguridad Barrio Seguro”, que mantiene intervenidos los sectores de Jeringa y Las Flores, donde la violencia y la delincuencia bajaron en más del 90 por ciento.
Sin embargo para muchos analistas el jefe policial tiene que hacer cambios de oficiales que llevan más de 20 años en San Cristóbal y que no rinden a favor de la persecución contra el crimen y otros delitos.
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