El iPhone 6 salió a la venta y una situación llamó la atención en el primer día ventas: las decenas de ciudadanos chinos que se amontonaron en las tiendas Apple de Nueva York.
Los clientes no lucían como el tradicional entusiasta de dispositivos tecnológicos. En los "campamentos" se veían ancianos y hasta madres con niños.
El documentalista Casey Neistat tomó nota y salió a la calle para descubrir que había detrás de tan peculiar situación.
En la grabación de Neistat se puede ver a la policía desconcertada ante la cantidad de compradores chinos durmiendo en los andenes con tal de llegar a las registradoras y obtener los dos iPhones que puede obtener cada comprador. Una escena muestra el arresto de una mujer que al parecer no hizo caso a la instrucción de no dormir en la acera.
El documentalista también nota que la mayoría de las transacciones son hechas en efectivo.
Sin embargo, la mayor revelación de Neistat es ver cómo los compradores en cuestión de minutos entregan sus recién comprados iPhones a otros ciudadanos chinos en la calle, que los van acumulando en grandes bolsas.
Al parecer, los teléfonos adquiridos son enviados a China de contrabando. Apple todavía no vende de manera oficial el teléfono en China, pero la demanda es tan grande que los últimos iPhones se pueden vender como pan caliente en el mercado negro. Reportes indican que un iPhone 6 puede valer hasta $2,000 en China.
Aunque no es claro si hay una mafia detrás de las personas que hacen las líneas, no cabe duda que la reventa de los teléfonos es un negocio lucrativo.
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