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lunes, 24 de enero de 2011

Recordando


Cuando llovieron bombas nucleares del cielo español

Bomba Palomares © PD-USGOV-MILITARY-NAVY.
Tres bombas fueron encontradas en tierra, pero fue más difícil recuperar la cuarta.
Ocurrió en 1966, pero aún arrastra secuelas, y Wikileaks lo volvió a sacar a la luz: el choque de dos aviones estadounidenses sobre la localidad de Palomares, en España, causó uno de los incidentes más graves con armas nucleares durante la llamada Guerra Fría.
Hoy autoridades, vecinos y organizaciones ecológicas reclaman la limpieza total de la radiactividad que se detecta en la zona pero ni Estados Unidos acomete las labores de limpieza retirando la capa de tierra contaminada con plutonio ni España tiene dónde almacenar esos 50.000 metros cúbicos de suelo radioactivo.
La BBC habló con un testigo para recordar qué fue lo que pasó.

Todo comenzó en enero hace 45 años, cuando un bombardero procedente de Turquía tuvo un accidente, pero pasaron días antes de que el mundo se enterara de cuán catastrófico había sido.
"El bombardero B-52 del ejército de Estados Unidos que chocó con una nave de abastecimiento de combustible tipo KC-135 sobre la costa española de Almería transportaba bombas nucleares", informó en ese entonces la BBC.
"Tras más de tres días de silencio -añadió el presentador-, esta admisión oficial fue publicada por las autoridades de la Fuerza Aérea estadounidense y la embajada de EE.UU. en Madrid".
La colisión hizo que cayeran cuatro bombas de hidrógeno, cada una de las cuales portaba entre cuatro y cinco kilos de plutonio. Las bombas no estallaron, pero dos liberaron su carga y contaminaron el suelo. Siete tripulantes murieron y cuatro lograron saltar en paracaídas.

"Flecha rota"

Un testigo de lo que ocurrió fue el capitán Joe Ramírez, un abogado de la Fuerza Aérea estadounidense, quien le dijo a la BBC: "Había mucha gente hablando y discutiendo y yo escuchaba la frase 'flecha rota', y supe que era un código de la Guerra Fría para accidente nuclear".
Se veían escombros ardiendo; recuerdo ver a las manos de un hombre cercenadas y quemadas
Capitán Joe Ramírez
Ramírez fue enviado inmediatamente a Palomares. "Llegué un par de horas antes del atardecer y, aunque era un pueblo pequeño, había mucha gente congregada", dijo.
"Se veían escombros ardiendo; recuerdo ver a las manos de un hombre cercenadas y quemadas. La gente ya había recogido los restos que estaban el suelo y los habían metido en unos ataúdes pequeños. Fueron muy serviciales, no entraron en pánico pero sí estaban agitados por lo que había pasado".
"Yo estaba segando la hierba en un campo y la bomba de repente cayó. Los niños empezaron a llorar. Yo quedé paralizado del susto", recuerda un lugareño.
"Yo lloraba y corría por todas partes. Y luego escuchamos una explosión terrible. ¡Pensamos que era el fin del mundo!", le cuenta una de las testigos a la BBC.

La bomba en la loma

"Lo primero que pregunté fue si habían víctimas en tierra pero nadie resultó herido", cuenta el capitán Ramírez. "Tampoco había ningún daño material importante, lo que me asombró porque esos aviones eran enormes, y el KC-135 iba repleto de gasolina... todo eso cayó sobre el pueblo y sus alrededores".
"Luego empece a recopilar datos" y, como hablaba español, muchos habitantes locales fueron a él con información importante, lo que ayudó a localizar las bombas en el terreno.
Boeing B-52
El bombardero B-52 del ejército de Estados Unidos cargaba bombas nucleares.
"Un guarda civil vino y me dijo que había visto en una loma algo que parecía un torpedo. Me fui con un grupo de personas al lugar y encontramos un cráter grande, al fondo del cual estaba la bomba y su paracaídas".
Se trataba de una bomba nuclear. Y él estaba consciente de ello. ¿No le preocupaba?, le preguntó la BBC.
"Yo sabía que no se podía producir una explosión termonuclear debido a que hay una serie de mecanismos que tienen que ocurrir antes de que una bomba explote".
"Lo que no sabía era sobre el TNT que tienen esas bombas y que se habría podido desencadenar una reacción en cadena al chocar con la tierra", añade.
"En ese momento tampoco sabía de la presencia de radiación en la zona".

Falta una

Dos de las otras bombas que el B-52 transportaba también fueron encontradas rápidamente, pero faltaba una. En medio del escándalo internacional, el ejército de EE.UU. envió 700 hombres a buscarla. Algunos llevaban consigo contadores Geiger y empezaron a medir la radiación.
Fue como si, de repente, la Guerra Fría hubiera aterrizado en ese remoto pueblo español, señala el capitán Ramírez.
"El accidente puso a la pequeña comunidad rural de Palomares en el siglo XX".
La búsqueda era tan lenta que Joe Ramírez continuó con sus pesquisas y dio con un pescador local que había ayudado a rescatar algunos de los aviadores sobrevivientes que cayeron al mar el día del choque. Al pescador más tarde lo apodaron apodaron "Paco de la bomba" y lo que contó hizo pensar que -a diferencia de las otras- la cuarta bomba podría no estar en tierra.

PALOMARES EN CIFRAS

- Hay 50.000 metros cúbicos de suelo afectado.

- EE.UU. se llevó 1.700 toneladas de material radiactivo tras el accidente.

- Ecologistas en Acción cifra el costo de las labores de limpieza en casi US$34 millones.

- Los trabajos de descontaminación demorarían dos años.
(Fuente: diario El País, de España)
"Me contó sobre lo que pasó ese día y constantemente se disculpaba por no haber podido salvar a uno de los estadounidenses, pero que estaba convencido que ese había muerto pues mientras que a los otros se les podía ver moviendo las manos o las piernas, éste permaneció inmóvil. Mencionó también que llevaba un paracaídas grande y que había un paracaídas más pequeño cerca pegado a lo que describió como 'medio cuerpo'".
"Todos los cuerpos ya habían sido encontrados. Lo que estábamos buscando era una bomba, y éstas tenían paracaídas".
El capitán Ramírez le pasó esa evidencia al equipo de rescate que concluyó que "el cadáver" debía ser la bomba perdida y que el "medio cuerpo" era la bolsa del paracaídas de la bomba.
Los estadounidenses empezaron a buscar la bomba perdida en el mar, pero revisar cada metro del Mediterráneo era técnicamente complejo y dispendioso.
Y los españoles se empezaron a preocupar por el efecto que esto tendría en su nueva industria turística.
El embajador de Estados Unidos en Madrid se fue incluso a bañar al Mediterráneo español, para demostrar que todo estaba bien. "Si esto es radiación, ¡me fascina!", exclamó.
Entre tanto, el almirante a cargo de la búsqueda submarina estaba bajo enorme presión, pero tres meses después del accidente, se anunció que la bomba había sido encontrada y desactivada.

Wikileaks

Los estadounidenses retiraron todos los escombros del B-52, pero todavía se pueden leer niveles de radiación bajos cerca de Palomares.
El episodio continúa incloncluso y recientemente cobró actualidad, luego de que cables oficiales filtrados por Wikileaks expusieran que la diplomacia estadounidense sigue dando largas a las exigencias españolas para que se descontamine finalmente el lugar.
Según el diario El País, Madrid le exigió a Washington a finales de diciembre pasado que acometiera la limpieza "sin dilaciones".
Al parecer, aún no está a la vista la solución de aquello que sucedió el 17 de enero de 1966 y de lo que Joe Ramírez fue testigo.

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